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La arquitectura para un pueblo

2009

Desde los inicios del mundo el hombre siempre busco cobijo, busco sentirse protegido de los efectos implacables de la naturaleza, vivían en cuevas, y poco a poco fueron cambiando de lugar, de hogar, con los materiales que les proporcionaba la tierra pues fueron creando lugares para establecerse, Marco Antonio Laugier (s. XVIII) no fue un arquitecto como tal sino un teórico , quien busca el origen de la arquitectura y considera que en un momento de la vida el individuo se encuentra en un estado de necesidad tal, viéndose obligado a crear un techo, por lo cual la arquitectura es un asunto del ser humano (intrínseco) porque surge de la necesidad del mismo.


Así poco a poco fue surgiendo lo que es la arquitectura, llevándose a cabo el “habitar” propio del ser humano; Heidegger en su conferencia Bauen Wohnen Denken del verano de 1951, nos dice que habitar y construir coinciden: "construir es, en sí­ mismo, habitar". Pensar el habitar como construcción indica que la acción de habitar es dinámica y no estática como siempre se asocia, al “estar”, al “vivir” en una edificación, implica mucho más, mostró a su vez que la manera como los hombres estamos siendo sobre la tierra es habitando, moramos en ella, en tanto acogemos al cielo como cielo. Es decir, cuando utilizamos la palabra habitar estamos indicando reposo, permanencia, estabilidad. Sin embargo, el habitar que nos señala Heidegger es más bien creativo, cambiante y sobre todo intencional, en una edificación o una obra de arte cuando logramos meternos en el mundo allí­ expresado y lo experimentamos, lo vivimos de manera totalizante, lo “habitamos”.


Por lo tanto la arquitectura debe servir al ser humano, debe estar al servicio de él, tomar en cuenta las emociones del hombre sin ser únicamente funcional y técnica, es arte, expresión, debe satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, psicológicas y fisiológicas, este pensamiento lo poseía Carlos Raúl Villanueva, siendo el hombre elemento básico de su arquitectura, afirmando que el arquitecto debe tener un conocimiento de ciertas ciencias, economía, sociología, etc. De las cuales pueda obtener soluciones a sus problemas debe conocer al hombre y sus necesidades, sin embargo opina “el arquitecto no puede estudiar todo porque sino se perdería”.


Villanueva hizo un gran trabajo en el silencio y fue una respuesta para esa sociedad, para esa época, opinaba que para ese momento lo que necesitábamos era apoyo en el aspecto social, económico y técnico, y con respecto al problema de los barrios pues argumentaba a su vez que el clima tropical contribuía también a ese estado.
Este maestro admiraba la arquitectura colombiana precisamente por su franqueza, por su sobriedad, no pretendían hacer cosas grandilocuentes (monumentales), sino realizaban obras simples, sencillas, útiles, aquellas que gustaran a la gente, una arquitectura “humana”, que pudiera “vivirse”, y se evidencia el pensamiento de este arquitecto, la actitud que tenía ante su oficio, ante el deber del mismo, una actitud de servicio hacia el “habitante” de la obra, sin importarle partidos ni fricciones entre ellos, simplemente una arquitectura para el pueblo, para ese habitante que participa y crea la ciudad (símbolo del ser humano de encuentro, intercambio de ideas, comunicación con sus semejantes), ciudad que surge de él, y esta es una característica que de cierto modo se ha perdido una arquitectura para vivirla, disfrutarla, experimentarla, habitarla.


La arquitectura es la expresión de un pueblo de civilizaciones, las pirámides, el panteón o la primera casa construidas son obra del hombre, nos surgieron por cosas del destino, sino por esa necesidad del hombre de expresarse lo cual materializo con ayuda de la naturaleza.

Katherine Aguilar

Arquitecta - Diseñadora

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by Katherine Aguilar.

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