Placer del conociemiento.
2009
La mayoría de las veces cuando hablamos del placer o de aquello que nos gusta y que no, es porque tenemos un conocimiento sobre él (epistemológico) o simplemente porque lo conocemos (empíricamente), este viernes tuve la oportunidad de escuchar una pieza en guitarra en el Celarg, que me pareció una maravilla, sentía que la guitarra hablaba con cada nota, me transmitió tanto, pero lamentablemente no podría juzgarla y decir que fue bueno o malo porque no tengo conocimiento sobre música, solo mi opinión puede estar dada por ese conocimiento empírico o del juicio. Lo que si puedo afirmar es que la sensación que experimente no fue normal, que “lo que se hace es tan importante como la manera en que se hace”….afirmando así la frase de Marshall McLuhan.”el medio es el mensaje”; Para poder entender y apreciar una obra de arte, o una pieza musical, se da a través de las diferentes formas de conocimiento que tenemos de él, al saber por qué, Cómo se hizo?, que ES, y que significa, sabiendo quien es su creador, su contexto y lugar de origen, es en ese momento donde se puede dar la relación sujeto-objeto denominada “apreciación estética”, el cual se da en dos sentidos, de la obra al sujeto, cuando trasmite todo lo que es y en un segundo orden sujeto-objeto cuando el primero reconoce al segundo (lo percibe).
Es tan emocionante ver o descubrir algo en la obra, mas allá de lo evidente, y decir waoo este hombre es un genio!!, pero el artistas siempre tiene caminos distintos, y uno como observador solo descubre algunos, pero para lograr el conocimiento y percepción del objeto es necesario sensibilidad y educación, por eso en ocasiones cuando no hay conocimiento de ciertas cosas solemos despreciarlas, o no ver la belleza que hay en el fondo de lo que existe, por lo cual la apreciación estética es receptiva pero no pasiva.
Para Kant el placer estético lo define como “juicio lógico apriori: entre la facultad cognitiva y la facultad apetitiva se sitúa el sentimiento del placer, como la facultad del juicio entre el entendimiento y la razón”, sería ese estado intermedio, de equilibrio, entre la razón y la emoción.
Las obras de arte siempre son un problema por resolver y desafíos para sus realizadores al igual que un proyecto de arquitectura, se debe entender el problema, ordenarlo y poco a poco desarrollarlo a medida que el pensamiento se organiza, ese proceso de desarrollo en su mayoría es mucho mas agradable que el resultado final, nunca sabremos en que culminará, y precisamente esos momentos de tropiezos o de dificultades en el proceso, son momentos de libertad. ”incluso porque la libertad total es atemorizante”…¿Por qué será que siempre nos quejamos que no tenemos libertad para crear y cuando la tenemos nos da tanto miedo usarla?, por lo menos a los estudiantes de arquitectura.....
La percepción del “espacio”, es único sobre todo en la arquitectura, porque él nos absorbe, nos circunda, es un placer intelectual y sensorial muy claro sobre todo para los arquitectos, sin embargo eso no anula la posibilidad de la percepción sensorial y distraída de cualquier observador, y es algo que no puede dejar de percibir, “EL ESPACIO”, empero, conocer un edificio, contemplarlo, requiere una atención continua preguntarse por qué, para qué, cómo se hizo? por qué esa forma y no otra?, para descubrir que hay detrás de la obra y es precisamente el descubrir, el responder esas preguntas lo que es el placer estético, a su vez debemos preguntarnos o analizar la forma como lo vemos, encontrando significados, porque muchas de las respuestas dependen también de nosotros mismos, es personal, intransferible, contribuyendo al conocimiento y a las imágenes que tenemos y dominan nuestra memoria.
Gombrich plantea que en la percepción influye esa necesidad del hombre por la regularidad, por orden, y en ese sentido ese orden es lo que llaman gusto, ese apreciar unas cosas y otras no, ese orden particular de cada persona, es precisamente eso lo que nos hace limitar de cierta forma nuestros gustos o digamos lo que nos atrae, teniendo preferencias por una u otra cosa, definiendo de cierta forma nuestro mundo interno.
El apreciar un edificio es como dije anteriormente un trabajo de concentración, el cual para nosotros, los alumnos es un trabajo intuitivo en un principio y en ocasiones considero que se queda en eso, que uno debe aprender por cuenta propia apreciarla, verla, sentirla, conocerla y entender las diferentes formas en que se presenta la arquitectura, sin embargo pienso que los profesores deberían orientarnos y centrarse en eso y no en otras cosas que en ocasiones son irrelevantes.
En ocasiones no es necesario conocer de una disciplina como tal y poder disfrutar de ella, de sus atributos, de sus maravillas, simplemente por un gusto sensorial, pero no cabe duda que el llegar a comprender las estructuras formales y la complejidad que posee es lo que nos dará esa satisfacción intelectual que va mas allá de un simple gusto, es allí donde descubrimos la maravilla de la pieza, lo que la compone o lo que le da vida a la misma y pienso que ese es el verdadero descubrimiento.
Katherine Aguilar
Arquitecta - Diseñadora

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by Katherine Aguilar.

